¿Por qué tanta gente, incluyendo muchos profesores de ciencias, continúan valorando y encontrando atractiva la teoría del Diseño Inteligente (DI) -la propuesta pseudocientífica que defiende que el origen de la vida y la evolución ha sido y es guiada por algún ser superior- y que la ciencia convencional ha demostrado fehacientemente que es falsa? Parte de la respuesta, según un nuevo estudio realizado por la psicóloga Jessica Tracy y sus colaboradores, es que el DI ofrece alivio para la angustia existencial, incluso entre quienes no son religiosos.
A través de cuatro estudios, cientos de participantes -incluidos estudiantes de psicología, una muestra diversa de adultos de los EE.UU., y estudiantes de ciencias naturales- fueron sometidos a una serie de experimentos que consistían en imaginar su propia muerte o una visita al dentista (utilizado como condición de control), y luego leer una breve descripción del DI o de la teoría evolutiva. A continuación, los participantes tenían que valorar la evidencia de la teoría que acababan de leer.
Los resultados mostraron que los estudiantes de psicología que habían imaginado su propia muerte valoraron más positivamente la teoría del DI que los individuos que habían imaginado ir al dentista, mientras que valoraban igual la teoría de la evolución. La muestra heterogénea de adultos mostró que aquellos que habían pensado en la muerte valoraban más positivamente la teoría del DI y más negativamente la teoría de la evolución que el grupo control. Sin embargo, para los estudiantes de ciencias naturales, se encontró un patrón opuesto: los pensamientos sobre la muerte hacían aumentar su apoyo a la teoría de la evolución y empeorar su opinión acerca del DI.
Para los estudiantes de psicología, recrear su propia muerte los hizo ponerse a favor de la teoría del DI quizá porque les ofrecía protección frente a pensamientos o emociones negativos, pero no se opusieron de la teoría de la evolución, quizá debido a que su educación los hace no rechazar la evidencia científica que esta posee.
Para la muestra heterogénea de adultos, los pensamientos sobre la muerte fueron suficientes para ponerse en contra de la teoría de la evolución de Darwin y favorecer su opinión acerca del DI. Esto fue así quizás porque la creencia en la teoría pseudocientífica del DI proporciona un antídoto fácil contra el miedo a la muerte al proponer la existencia de una inteligencia superior que guía nuestra existencia. Este efecto se observó independientemente de la religiosidad de los participantes así como de su background educativo.
Finalmente, los estudiantes de ciencias naturales, para quienes la teoría de la evolución es central en su identidad y manera de ver el mundo, los pensamientos sobre la muerte hicieron que apoyasen aún más la teoría de la evolución. Este resultado quizás se explique debido a que para estos estudiantes la Teoría de la evolución ofrece una manera racional y segura de entender el mundo y sustentar su realidad, por lo tanto fueron capaces de encontrar consuelo frente a la muerte en su poder explicativo y elegante visión de la vida. Este resultado encaja a la perfección con lo que predice la “Teoría de Gestión de terror”, que muestran que la gente responde al temor a la muerte afianzando su visión del mundo.
Un nuevo apoyo para la idea de que la teoría evolutiva tiene el potencial de ser una fuente de consuelo existencial vino de un quinto estudio. En este experimento los estudiantes de psicología tuvieron que leer, además de los textos sobre la muerte, un relato poético sobre el significado de la vida escrito por el genial divulgador científico Carl Sagan. La lectura de la explicación de Sagan llevó a estos estudiantes de psicología a responder a los pensamientos sobre la muerte igual que los estudiantes de ciencias naturales: mediante el apoyo con más fuerza a la teoría evolutiva y despreciando la teoría del DI.
En definitiva, este estudio sugiere que el declinarse por un punto de vista científico o religioso de la realidad puede deberse parcialmente a motivos psicológicos inconscientes provocados por el miedo, los cuales están destinados a mantener la seguridad y evitar la angustia existencial proporcionando un propósito y significado a la vida. Este propósito puede encontrarse tanto en la ciencia como en la religión, depende de cada uno el elegir uno u otro camino.
Referencias
Tracy JL, Hart J, & Martens JP (2011). Death and science: the existential underpinnings of belief in intelligent design and discomfort with evolution. PloS one, 6 (3) PMID: 21479169
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