miércoles, 2 de noviembre de 2011

El agnosticismo no es lo que está a medio camino entre el ateísmo y las creencias

El agnosticismo no es lo que está a medio camino entre el ateísmo y las creencias:

Me considero una persona agnóstica, en lo que a creencias se refiere, pero no siempre fue así. Hubo un tiempo en el que yo creía o me veía obligado a creer en el dios cristiano católico. De ahí, pasé a crearme mi propio dios, un dios hecho a mi medida que me sirviera de colchón a la hora de plantar cara a temas incómodos a los que no suele gustar enfrentarse.


Pero llegó un momento, ni siquiera sabría decir cuando, en el que decidí que el plantearse o no la existencia de dios no era algo relevante. Y tal y como planteé hace meses cuando escribí ¿Y si dios existe?, considero que la postura agnóstica es la más coherente con el método científico. Como persona racional que me considero, creo que está fuera de lugar tanto el afirmar que un dios existe, como el afirmar que no existe ningún dios. No tenemos prueba alguna para decantarnos por ninguno de los dos caminos, ya que lo único que podemos hacer es mostrar las incoherencias asociadas a las creencias en un dios determinado, pero hemos de ser conscientes que así no demostramos la no existencia de cualquier posible dios.



I: Agnosticismo (fuente)

Llegados a este punto, he de decir que muchas veces he sido criticado por este agnosticismo que defiendo. Lo que más me sorprende es cómo una gran cantidad de gente me dice “Es que tu eres agnóstico porque no te quieres mojar”. Banalizan mi postura por la simple sensación de que el agnosticismo es algo que yace a medio camino entre las creencias y el ateísmo, como si se tratara de la postura fácil a la que no he llegado después de pensar sobre ello a lo largo de muchos años.


Pues no, el agnosticismo no es algo a medio camino entre una creencia y el ateísmo, de hecho es algo que ni siquiera se encuentra en la misma línea. No es cuestión de cantidad, como algunos creen, sino una cuestión que se sitúa al margen. El agnosticismo por sí mismo no se sitúa del lado de los ateos o de los deístas, sino que simplemente expone que algunas afirmaciones son incognoscibles, o lo que es lo mismo, que no se puede conocer.


Thomas Huxley, la persona que por primera vez introdujo el término agnosticismo para referirse a la religión (y sí, también el abuelo de Aldoux Huxley), dejó escritos algunos ensayos donde expone a la perfección lo que hay detrás de este concepto:


Agnosticismo, de hecho, no es un credo, sino un método, la esencia en la que se sustenta la aplicación rigurosa de un solo principio.


(…)


El principio puede ser expresado positivamente: en asuntos intelectuales, sigue tu razón tan lejos como te lleve, sin importar ninguna otra consideración. Y negativamente: en asuntos intelectuales, no pretendas que son ciertas las conclusiones que, o no han sido demostradas o directamente no son demostrables. Esto entiendo como significado de la fe agnóstica, que si un hombre mantiene completa e incorrupta, no deberá sentir vergüenza de mirar al universo a la cara, cualquiera que sea el futuro deparado para él.


Teniendo esto en cuenta, el agnosticismo es algo que debemos evaluar al margen de toda creencia o ausencia de la misma. Por ello, existen posibilidades que muchas personas no suelen barajar, como el hecho de que un agnóstico puede ser deísta o ateísta, y seguir siendo coherente. De hecho, el abanico de posibilidades es mucho más amplio de la visión simplista que tienen algunos creyentes que simplemente consideran la posibilidad de creer en un dios, o no creer en él.



II: Thomas Huxley (fuente)

Al final, los matices pueden ser tantos como personas críticas quieran opinar sobre el tema. Más allá de creer o no en la existencia de uno o varios dioses, podemos opinar sobre si esa existencia puede o no puede ser demostrada, sobre si esa existencia es o no relevante, e incluso podemos plantear dudas sobre la definición de dios, tal y como hace el ignosticismo.


Yo, como persona crítica que me considero, me he planteado todos estos matices y ahora mismo, concretando lo que ya he dicho al principio, me considero una persona que cuya forma de pensar yace en algún punto entre el apateísmo, el agnosticismo fuerte y el ateísmo fuerte: Creo que los dioses no existen, creo que no se puede probar su existencia o inexistencia, y además, creo que debería ser algo irrelevante.


Por supuesto, no espero que todo el mundo comparta mi postura, pero la tengo tan definida que no me costará defenderla siempre que tenga que llevar la contraria a otras posturas que yo considero equivocadas.


Otras entradas que pueden resultar interesantes:






No hay comentarios:

Publicar un comentario